☕ Cuando no puedes tenerlo todo… pero aún puedes tenerte a ti

Hace unos días me enojé conmigo. 
No por perder algo, sino por haberme ilusionado con algo que en el fondo sabía que era poco probable que sucediera.
Me enojé por hacer planes con dinero que no tenía.
Me enojé por imaginar una vida diferente, por planear un futuro sin sobresaltos, por tener que continuar como todos los simples mortales que somos, intentando nuevamente conseguir ese sueño.
Me sentí ingenua. Ilusa. Un poco tonta... muy tonta realmente.

Y luego lo entendí: me molestaba esa ilusión.
Aunque pareciera que así es, no siempre se trata de dinero, sino de lo que este representa: ganar.

Así es, sentir que ganas una. Tener descanso, alivio, satisfacción.
Tener la emoción de sentir la dignidad exaltada, saber que lo lograse.
Y cuando no paso… solo quedo el silencio interno.
No dolió perder, porque sabía que las probabilidades eran pocas. Dolió creer y permitir a la ilusión ir más allá de la lógica.

Como siempre, después de algunos días de rumiar por lo sucedido, regresa la calma.
Regresa el acepar que no lo tendremos todo… y aún así podemos ser felices

No es resignación.
Es comprender que la felicidad no siempre está en lo completo, sino en lo real, lo profundo, lo suficiente.
Los logros no son constantes y siempre tendrás caídas o no conseguirás lo que deseas, pero siempre habrá algo esperándote en casa, que te recordara lo afortunada que eres.

Hoy no tengo millones.
Pero tengo historias que he sobrevivido.
Tengo palabras que me abrazan.
Tengo un corazón que, aunque cansado, sigue buscando maneras de levantarse.
Y eso, en ese mundo caotico e indiferente, es mucho.

No me culpo más por haber soñado
Me ilusioné, sí.
Soñé con cosas grandes.
Me permití imaginar un después más amable.
Y aunque no llegó como lo soñé…
hoy sé que sigo siendo valiosa, incluso en la escasez.

Así que si tú también soñaste con ganar algo imposible... hoy te duele despertar a la misma realidad: no te juzgues, no te escondas, no te martirices.

Soñar no fue un error.
Fue un acto de esperanza en medio de la tormenta cotidiana que se llama vida.
Y aunque no puedas tenerlo todo, tienes más de lo que crees.
Y eso, si lo cuidas, si lo agradeces y si le das el reconocimiento y merito que tiene… verás que puede sostenerte para seguir intentando, un día a la vez.

☕ Isa

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